Por Albert Sanz
FICHA TÉCNICA
- Título original: Hardcore Henry
- Año: 2.015
- Duración: 95 min.
- País: Rusia
- Director: Ilya Naishuller
- Guión: Ilya Naishuller y Will Stewart
- Fotografía: Pasha Kapinos, Vsevolod Kaptur y Fedor Lyass
- Reparto: Sharlto Copley, Danila Kozlovsky, Haley Bennett, Tim Roth, etc.
- Productora: Bazelevs Production y Versus Pictures
- Género: Acción
En 2.013, un desconocido realizador ruso llamado Ilya Naishuller, dirigió el videoclip del tema “Bad motherfuckers” perteneciente a su propio grupo de rock indie, Biting Elbows, —enlace aquí—. El resultado fueron cinco minutos de pura adrenalina en los que veíamos cómo un tipo escapaba de un edificio con un objeto que permite teletransportarse, mientras era perseguido por decenas de sicarios. Disparos, explosiones, acción, artes marciales, carreras y saltos a lo parkour, violencia gratuita y mucho humor negro. Un resultado espectacular pero que no se habría convertido en viral de no ser porque estaba todo rodado en primera persona.
Tras el éxito del videoclip —casi sesenta millones de reproducciones entre YouTube y Vimeo— vinieron un par más en la misma línea y con ello una idea que le rondaba a Naishuller: el rodar la primera película en primera persona. O como se dice en jerga de videojuegos, un “first-person shooter”. Para plasmar su idea contactó con el director Timur Bekmambetov, defenestrado por la crítica por el nefasto remake de “Ben-Hur”, pero un tipo al que le atraen los retos y con una creatividad para la acción enormes, como demostró en ”Abraham Lincoln: Cazador de vampiros”, “Wanted: Se busca” y la reivindicable saga formada por “Guardianes de la noche” y “Guardianes del día”.
Con la producción de Bekmambetov y la dirección de Naishuller nació “Hardcore Henry”, un delirio de acción frenética que no da descanso. Y si bien la película fue estrenada en 2.015 —aunque nunca llegó a España—, y muchos ya la habían visto, lo cierto es que el pase del Auditori, en jueves y a las 16:45 (la hora “tonta” de después de comer), congregó a más gente de lo que podía imaginar.
No negaré que iba con miedo, puesto que no es lo mismo ver un videoclip de cinco minutos en este formato que una película entera. Si ya en ocasiones cansa el ver una película “found footage”, imaginad ese concepto llevado al extremo con un protagonista que prácticamente no deja de correr ni saltar durante todo el metraje. Y más en una sala con una pantalla de dimensiones épicas como es la del Auditori del Hotel Melià. Y con otro punto negativo como es el concepto mismo de película-videojuego, ya que no es lo mismo jugar a un videojuego que ver jugar un videojuego.
Sin embargo, reconozco que la experiencia acabó siendo emocionante y divertida; y a ello contribuye su sencilla pero atractiva premisa: “Henry despierta en un laboratorio sin recordar quién es. Tras un accidente, ha sido reconvertido en cyborg con aspecto humano por Stelle —Haley Bennett—, quien se presenta como su esposa. Sin tiempo a reaccionar y sin que se le haya podido instalar el módulo de voz, el laboratorio es atacado por Akan —Danila Kozlovsky—, un enigmático malo con poderes telequinéticos y su ejército de soldados, los cuales secuestran a Stelle. Henry entonces tendrá que huir y luchar por su vida mientras intenta recuperar a su mujer, siendo ayudado por decenas de tipos con la cara de Sharlto Copley”.
El desarrollo es simple: corre, salta, esquiva, dispara o golpea y mata. Igual que en un videojuego; pero el misterio de desconocer el pasado de Henry, el hecho de que el tal Jimmy —Sharlto Copley— no pare de morir ayudándolo y resucitando con otro aspecto y otra personalidad, el diseño casi de cómic del malo de turno, el humor presente y la aparición milimétricamente estudiada de clásicos del rock, convierten a “Hardcore Henry” en una puta obra maestra del cine de acción. Y ojo, tampoco diré que sea original, ni tan siquiera el videoclip de Biting Elbows lo es, puesto que ahí tenemos la genial escena en primera persona de “Doom” —Andrzej Bartkowiak, 2.005— en la que se homenajeaba al videojuego que presuntamente adaptaba, o el videoclip de The Prodigy, “Smack my bitch up” —1.997—; pero a día de hoy, “Hardcore Henry” lleva este concepto a un nuevo nivel y ya de paso, supera de pleno a las películas de acción que yo creía que eran la cumbre del frenesí y la locura, como son “Crank: Veneno en la sangre” y “Crank: Alto voltaje”.
Incluso aunque a alguien no le haya gustado, es imposible que no caiga rendido ante el virtuosismo técnico de toda la película. Los efectos especiales, carreras, saltos, coreografías, la ingente cantidad de extras que aparecen, la espectacular fotografía y montaje, etc., todo ello remite a una producción de una dificultad enorme y de la que me encantaría ver un making off. Pero no solamente se puede destacar el apartado visual, puesto que Sharlto Copley realiza un despliegue interpretativo que deja al mostrado en “Distrito 9” a la altura del betún, encarnando al menos diez personajes —llegó un momento en que perdí la cuenta—, cada uno de ellos con distintas personalidades, acentos y apariencia.
“Hardcore Henry” es toda una experiencia que te deja pegado a la butaca.
LO MEJOR
- Que el formato “first-person shooter” no cansa tanto como podía imaginar.
- Sharlto Copley.
- El cameo de Tim Roth.
- El sentido del humor.
- El creativo e inhumano despliegue técnico, al nivel o superior al del más caro blockbuster hollywoodiense.
- La brutal fotografía y montaje.
- El enfrentamiento final entre Akan y Henry.
LO PEOR
- Que el formato “first-person shooter” pueda ponerse de moda como pasó en su día con el “found footage” y empiecen a llegar mediocridad tras mediocridad.
- No conocer el origen de Henry ni su destino tras el final de la película.
- Quedarnos con la duda de la valía como director de Ilya Naishuller, en espera de que ruede una película “normal” con más diálogos y personajes.
LA ESCENA
- La magistral secuencia inicial de créditos, combinando la elegancia de los créditos de las películas de James Bond con una violencia inaudita.
- El baile entre Henry y los Jimmys (sí, en plural).
- Toda la épica batalla final.
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