Bueno, pues ayer fui a ver Matrix Resurrecctions y todavía ando procesando lo que ví.

Película extraña, que me ha dejado con sentimientos muy encontrados, que arranca con un planteamiento y algunas ideas geniales, pero que no le termina de sacar provecho a esas premisas que tan bien estaban funcionando y se ve lastrada con varias situaciones que me han chirriado por su falta de coherencia interna y para con la propia saga, llegando a la mitad del film con un punto de inflexión que hace que casi se perciba como dos películas distintas, la primera mucho más interesante que la segunda, aunque eso no significa que esta última sea mala en absoluto.
La primera mitad es un ejercicio de metanarrativa, autoconsciencia, fan service, rotura de la cuarta pared y autocrítica increíble y maravilloso, ácido y muy inteligente, que te hace sonreír cómplice y que de alguna manera me ha hecho recordar los compases iniciales de Alan Wake, un videojuego que curiosamente juega con los mismos conceptos sobre el creador esclavo de su creación, el autor convertido en protagonista de su propia ficción y ésta confundiéndose con la realidad hasta hacer ambas indistinguibles, pero en este caso con otras intenciones y muy mala baba.
En el lado contrario, la segunda adolece de varios WTF?, cosas que pasan porque patatas y porque «el guión es mío y me lo fucko como quiero», metidas con calzador y a la fuerza, sin venir a cuento y sin más explicación, pero ya llegaremos a eso
El lavado de cara le sienta muy bien y sabe cómo acercarse a los nuevos tiempos, a la época actual, poniendo en evidencia que el problema quizá somos nosotros, el público que disfrutó en su momento de la saga original, que no aceptamos que todo ha cambiado mucho desde entonces, tanto allí como aquí. Hay una y mil formas nuevas de ver el mundo, de pensamiento global, de entender cómo son las cosas a día de hoy. Smartphones como objeto de culto en el nuevo credo, eje central del ocio y vía de escape de unas vidas grises y aburrida. Conexión 24/7 a redes sociales, fenómenos virales, creadores de contenido y de tendencias. Influencers convertidos en las nuevas star systems, la elección de identificarnos más con nuestro yo virtual que con el natural. La post-verdad, el populismo, el activismo de salón, el retroceso en derechos sociales, nuestra actitud resignada… Y sobre todo, la toma de conciencia de que la realidad no es binaria, que no se puede reducir todo a unos y ceros, a blanco o negro, cuando existe un infinito número de grises y matices. La sociedad es distinta y nosotros, en algunos aspectos, no avanzamos, seguimos anclados en el pasado, en el recuerdo . ¿No os resulta paradójico el que de algún modo, seamos tan esclavos como los conectados a Matrix y nos comportemos justo como lo que critica el film? Acomodados en nuestra zona de confort, viviendo en nuestra burbuja particular y sin salir de nuestra cámara de eco, cerrándonos a cualquier cambio, a todo lo que se salga de nuestras ideas preconcebidas, de nuestros patrones mentales y preferencias. Ya no queremos cambiar. No queremos luchar. No queremos ser libres. Pero sí que nos encanta decirle al otro como debe hacer las cosas, como debe pensar, cómo debe actuar y en que tiene que creer. Todo desde la comodidad de nuestro sofá, por supuesto. Lana Wachowski ha estado deliciosamente certera y malintencionada ahí, pues es evidente que sabía a lo que jugaba, lo que iba a suceder y se anticipa a la crítica feroz y cruel, al haterismo de los fans radicales o de los simples odiadores vocacionales, riéndose de ellos y de que se tomen tan a pecho una obra de ficción, que no deja de ser eso, su obra, y decide que si alguien va a ponerla a parir, será «por lo que yo diga y haciéndolo yo antes«. El toque de comedia y autoparodia no es algo que me entusiasme ni de lejos, pero no tiene realmente ese tono en la medida en que se le está criticando. Al contrario, lo hace de forma provocativa y cargadita de intenciones, pero puntual, irónica y mordaz. Está bien llevada y se aprecia el talento para encontrar ese difícil equilibrio y no caer justo en lo que se la acusa. Le aplaudo el valor, el saber hacer y la capacidad de prever lo que iba a suceder y la forma en que se lo toma de forma anticipada, criticándose a sí misma, al proyecto y a lo que ocurre con los productos cuando se trata de exprimirlos al máximo para sacar mayores beneficios. Antes, el sistema (el real y la propia Matrix), erradicaba cualquier amago de resistencia de tres formas distintas: Aplastando con violencia a los disidentes, castigando a quien promoviera sus ideas y demonizando su causa, manipulando los hechos para convertirlos en el ENEMIGO. Eso ha cambiado y ahora se utilizan dos fórmulas mil veces más efectivas y ventajosas, que son ridiculizando la causa y sus defensores, convirtiéndolos en circo y esperpento o bien, haciendo de ella un lucrativo negocio. ¿Veis lo irónico que resulta todo, realidad y ficción, nuestro mundo y Matrix, arte y negocio? No hay diferencia.
En contra, las escenas de acción me han resultado bastante anodinas. No existe el efecto sorpresa ni nada innovador. No hay ningún momento de aquellos en los que uno exclama «WOW!«, salvo quizás en la parte final con lo que ocurre por las calles de la ciudad y una escena en concreto, donde la pareja protagonista parece sumergirse en una marea de uniformes policiales y lucha contra la corriente, que sí me ha parecido magnífica. Neo, cuando no anda al borde de la desesperación, la crisis nerviosa y las tendencias suicidas, es John Wick en un día de bajona. No hay diferencias con el asesino Baba Yaga, salvo por dos cosas: Neo crea escudos de energía, y ahí va un pequeñísimo SPOILER que solo es un detallito nimio que no revienta nada relevante, pero que sí me ha resultado curioso: Neo no usa ni toca un arma de fuego en toda la peli, que yo recuerde.
Echo en falta el carisma de Hugo Weaving y no termino de comprender las verdaderas motivaciones del nuevo agente Smith. Compro la actualización de Morfeo, aunque en algún momento resulta cargante ese tono desenfadado que le han dado, en contrapunto al papel de mentor que tenía el original. El papel de Trinity es insuperable y está magnífica. La nueva tripulación está correcta, sin más, no hay gran cosa que destacar. El relevo del Arquitecto, es un villano cabrón y poderoso, pero también bastante imbécil para ser una máquina.
Me ha sobrado la escena final del film. Son tan solo unos cinco minutos de peli, pero ahí es donde justamente encuentro las mayores pegas. Será mi espíritu minimalista, o simplemente es que me hago viejo, pero yo hubiera terminado justo en la escena anterior. Es cuestión de amar y creer. Porque a eso se resume la historia. Todo lo que sucede en Resurrections va sobre ello, sobre el amor y sobre creer. Cuando uno da un salto de fe, no se necesitan más explicaciones. Solo creer. Saltar y cerrar los ojos, fundido a negro y la voz de Trinity diciendo tu nombre.
Hay decisiones ahí que no entiendo, ni me agradan, pero que supongo que responden a alguna razón que se me escapa, ya que dudo que nada esté dejado al azar. Aquí sí hubiera agradecido una explicación, que a buen seguro, me haría más fácil el aceptar lo que me propone, en lugar de que algo que no tiene ninguna lógica interna me sacuda en los morros de manera gratuita.
Como véis, muchas cosas negativas que señalar y algunas bastante gordas de las que no puedo hablar por no hacer spoilers. Pero aún así, con todos sus fallos, errores y malas decisiones según mi criterio de mierda en crítica cinematográfica de andar por casa, pues me ha gustado. Me ha gustado MUCHO. No es la peli que imaginé. No es la Matrix que todos esperábamos. ¿Se han cumplido cábalas y expectativas? No. ¿Es la peli que quería? Tampoco. ¿Eso la hace una mala película? Para nada. Es rara, diferenciada del resto de la saga, pero es una buena peli. De hecho, una MUY buena peli.
He crecido escuchando que Matrix Reloaded y Revolutions eran auténtica bazofia, cuando a mi me parecen unas películas a la altura, estupendas y rompedoras y de hecho, la trilogía se convirtió en mi saga favorita de ciencia ficción. También escuché lo mismo de Jonh Carter, de Andrew Stanton, y la considero un film de aventuras sword & planet cojonudo. Y lo mismo ocurrió con Sucker Punch, de Snyder, que siempre defenderé a capa y espada, por que es sencillamente una jodida obra de arte en mayúsculas, mal les pese a quienes no entendieron una puta mierda la alegoría, y que únicamente adolece de la falta de valor por parte del director, quién no tuvo gónadas a la hora de llamar a las cosas por su nombre, sin eufemismos visuales en forma de baile. Así que si queréis un consejo que nadie ha pedido, id a verla. Olvidaos de las críticas, incluida ésta. Con la mente abierta, sin prejuicios. Sin expectativas ni ideas preconcebidas. No esperéis nada. Dejaos llevar, entrad en el juego, disfrutad del momento y la experiencia, y no os quedéis anclados en el ayer ni siendo esclavos de vuestras propias ideas. No olvidéis el pasado, pero no dejéis que condicione vuestro presente y futuro.
Hazte un favor. Libera tu mente. Elige la pastilla roja.